Estrategias inteligentes y tontas para manejar el trabajo remoto
Pilita Clark
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Pilita Clark
Hace poco, conocí a una mujer de una de las empresas más reconocidas del mundo que acababa de recibir una noticia desagradable. Había estado yendo a la oficina desde el inicio de la pandemia, a diferencia de otros gerentes que estaban trabajando desde casa.
Un día, vio una publicación en las redes sociales que reveló que su oficina central estaba tan complacida con su experimento de trabajo desde casa que había enviado una lujosa caja de delicias a los trabajadores remotos para agradecer sus esfuerzos.
Sólo había un problema: la mujer, y todos sus colegas que también habían trabajado en la oficina todos los días, no obtuvieron nada, excepto un impulso para empezar a buscar otro trabajo.
“Sentí que éramos los mineros del carbón que estábamos manteniendo la operación a flote con nuestro trabajo mientras que los demás estaban sentados en casa comiendo bocadillos de la compañía”, me dijo.
Su historia fue un recordatorio de que hay dos tipos de empresas en esta pandemia: las que hacen cosas inteligentes para lidiar con el nuevo mundo del trabajo desde casa y las que no. Aquí hay cinco ejemplos de estrategias inteligentes y un ejemplo de una tonta.
Cuanto más se prolonga el trabajo remoto, más se preocupan los gerentes de cómo evitar que los empleados se sientan como espectadores desamparados sentados en casa. Como me dijo recientemente un ejecutivo estadounidense, “no creemos que la productividad sea un gran problema, pero el sentido de pertenencia sí lo es”.
Una solución para muchas empresas: reuniones públicas en línea del personal con oradores externos. Mi elección hasta ahora es Discovery, el grupo de seguros y servicios financieros de Sudáfrica. La empresa contrató a un astronauta estadounidense quien habló sobre el aislamiento y un rehén de al-Qaeda quien habló sobre la resiliencia. Jessica Ennis-Hill, la atleta olímpica británica, dio una clase de aeróbic en vivo y Mark Tucker, presidente de Discovery y del banco HSBC, habló sobre el futuro de los seguros.
No todas las empresas tienen los medios o el deseo de organizar presentaciones con oradores externos, pero las inteligentes alientan a los de adentro. En el banco NatWest del Reino Unido, un trabajador ha utilizado la red interna para realizar sesiones de lectura de cuentos para dormir para colegas con niños pequeños. Otro ha realizado sesiones de DJ en vivo a las 17 horas los viernes para señalar el final de la semana laboral. No funciona para todos, pero si estos programas pueden ayudar a alguien, parece sensato.
Una forma cada vez más popular de ayudar al personal atomizado a sentirse conectado es ayudarlo a mejorar sus habilidades. En el banco suizo UBS, el interés en los cursos en línea ha sido “enorme” este año, dice el director de información Mike Dargan. Los mayores éxitos: cursos sobre redes neuronales e inteligencia artificial para todos. Ha sido una historia similar en IBM, donde el personal puede obtener calificaciones acreditadas en cualquier cosa, desde blockchain hasta administración.
Las empresas inteligentes también están encontrando formas de agregar los descansos que las personas toman naturalmente en una oficina a un día de trabajo remoto. Me gustan las “charlas de café” de 25 minutos que la empresa de software GitLab le proporciona a su personal. No hay una agenda y la conversación puede convertirse en cualquier cosa. Se supone que los nuevos miembros de la empresa deben participar en al menos 10 sesiones. Una vez más, no es para todos, pero tendrá sentido para muchos.
Existe otro problema para los empleadores: el miedo de los trabajadores a utilizar el transporte público para llegar a la oficina. En Milán, el grupo de moda Moncler les está dando a sus 400 empleados de la ciudad el uso personal de una bicicleta gratis con un valor de 400 euros. Más de 50 han aceptado la oferta hasta ahora.
No todas las empresas pueden permitirse el lujo de ser tan generosas, pero Moncler hace otra cosa, incluso más inteligente, con su dinero. Ofrece pruebas de coronavirus a cualquiera que regrese al trabajo después de vacaciones. Además las familias de aquellos que den positivo pueden recibir la prueba de forma gratuita. Eso no sólo es tranquilizador para el personal, es bueno para la salud pública, lo cual nos lleva a uno de los ejemplos menos inteligentes de comportamiento empresarial en esta pandemia: la aplicación de la ley mordaza en las empresas.
Los trabajadores de EEUU han presentado una serie de quejas contra empleadores que, según ellos, les han ordenado guardar silencio sobre los casos de Covid-19. Esto no sólo es desagradable, es peligroso. Cuanto más rápido se enteren las personas sobre un brote, más rápido se podrá rastrear y contener. En ausencia de una vacuna o medicamentos, todos los empleadores necesitan cooperar en este esfuerzo, ya sean lo suficientemente inteligentes para reconocerlo o no.